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Antonio Rivero, doctor en Geografía e Historia y Licenciado en CAFYD

09/04/2024

El deporte en la escuela (I)

El deporte en la escuela (I) Melchor Gaspar de Jovellanos (1774-1811) escribió en los últimos días de su vida “Bases para la formación de un plan general de instrucción pública” (1809). En él aparecía una encendida defensa de la aplicación de un programa de Educación Física general. Ésta se realizaría fuera del horario escolar, con la inclusión de concursos y competiciones.

Se desarrollarían en las plazas de los pueblos y ciudades de toda España. En estas exhibiciones se premiaría a los más destacados. De haberse llevado a cabo, hubiera sido un ejemplo por lo avanzado y coherente, pues ya se vislumbraba lo que podrían ser unos campeonatos deportivos con premios simbólicos para los ganadores.

En 1879 se promovió la primera iniciativa para aprobar una Ley de Educación Física en el Congreso, pidiendo la implantación de la Gimnasia como asignatura oficial en los Centros de Enseñanza Secundaria. En 1881, Manuel Becerra reprodujo la proposición, apoyándola con argumentos que defendían los valores de la cultura y la Educación Físicas. El Ministro de Fomento, José Luis Albareda, responsable de la instrucción pública, coincidió en su exposición con Manuel Becerra. Lo más significativo en sus discursos fue que la Gimnasia y el Sport aparecían como actividades patrióticas y regeneradoras.

El 9 de marzo de 1883, se declaró oficial la enseñanza de la Gimnasia en España y se ordenó la creación de la  Escuela Central de profesores y profesoras de Gimnástica, pero hasta 1886 no se publicó su reglamento y programa de estudios, tal y como fijaba la Ley del 9 de marzo de 1883 (en realidad, fue confeccionado en tan solo dos meses por los médicos Marcos Ordax y Alfredo Serrano, así como por el profesor de Gimnasia José Sánchez). El reglamento se aprobó por Real Decreto de 22 Octubre de 1886. El programa de estudios se implantaría por Real Orden seis meses más tarde.

La escuela Central solo funcionó cuatro años, siendo cerrada por falta de presupuesto y el poco interés gubernamental. Lo mismo ocurriría con la construcción de instalaciones deportivas en los colegios públicos, que se demoraría demasiado y de forma. Hubo excepciones a esta situación general, una de ellas fue el Instituto Escuela, perteneciente a la Institución Libre de Enseñanza, que introdujo diversos juegos deportivos ingleses aunque como un medio educativo y donde el resultado no era lo importante. A partir de estos acontecimientos, se sucedieron durante mucho tiempo una serie de medidas contradictorias y siempre poco favorables a dar una solución definitiva a la regularización de la Educación Física.

Durante los años veinte y treinta (últimos años de la Restauración, Dictadura de Primo de Rivera -en la que se hizo obligatoria la Cartilla Escolar de Gimnasia para todos los alumnos- y la II  República) hasta la Guerra Civil, se empezó a practicar deporte en la escuela. No existía, todavía, una estructura organizativa del deporte escolar de ámbito nacional. En los centros e instituciones escolares predominaba la organización de exhibiciones gimnásticas. Las instituciones públicas promovían el deporte y la Educación Física entre los niños y jóvenes en edad escolar. Había competiciones organizadas por los Ayuntamientos (por ejemplo, la Semana Deportiva Municipal en Madrid) y los primeros clubes deportivos (semanas gimnásticas organizadas por la Sociedad Gimnástica Española, de las que se llegaron a celebrar cinco ediciones interrumpidas por la Guerra Civil). Se realizaban masivas exhibiciones de gimnasia, en las que los escolares de ambos sexos participaban con orgullo. Por entonces, ya el deporte se desarrollaba como un espectáculo de masas (fútbol, boxeo, etc.), más que como una práctica física generalizada, situación ésta en la que se desenvolvería el deporte español durante muchos años.

Tras la Dictadura de Primo de Rivera, caracterizada por las inversiones públicas en centros escolares y por la organización de numerosas colonias deportivas escolares, la República optaría por partir de cero y empezar de nuevo en el área de la Educación Física. La Cartilla Gimnástica Escolar quedó suprimida y, lógicamente, desapareció el Comité de Cultura Física que, dirigido por militares, funcionó durante la Dictadura.

Los primeros gobiernos republicanos realizaron entre 1931-1932 un gran esfuerzo presupuestario a favor de la educación y la cultura, elevándose las consignaciones para estas áreas hasta un 50%. Reformaron rápidamente tanto la enseñanza primaria como la secundaria, impulsaron la “escuela única”, el laicismo y la coeducación. También se prohibió impartir enseñanza a las órdenes religiosas. Sin embargo, en lo que respecta a la Educación Física, las expectativas no se cumplieron. Los cambios continuos de gobierno que conoció la República afectarían negativamente, una vez más, a la Educación Física.

Se intentaba volver a la idea regeneracionista de la Institución Libre de Enseñanza: el ejercicio físico, los juegos y los deportes por su valor higiénico y preventivo. Se huía de los postulados militaristas de los gobiernos de la Dictadura.

La nueva forma de entender la Educación Física se plasmó en el Decreto del 12 de diciembre de 1933, por el que se creaba en Madrid la Escuela Nacional de Educación Física, dependiente de las Facultades de Medicina y Filosofía y Letras (Pedagogía). Este hecho fue importante. Hasta entonces, sólo la Academia Central de Gimnasia de Toledo estaba capacitada y reconocida para emitir titulaciones en cuanto a Educación Física se refería. Posteriormente, en 1935, se creó en Barcelona el Institut Catalá d’Educació Física i Esports.

Durante el bienio “radical- cedista”, que duró desde diciembre de 1933 hasta el mismo mes de 1935, se tomaron dos medidas. El 29 de agosto de 1934 se implantó un nuevo Plan de Estudios de Bachillerato, en el que los juegos y deportes sustituían a la Educación Física de los antiguos planes. Pero no serían considerados como asignatura oficial; desaparecerían también los libros y programas de la materia y los ejercicios físicos se regularían según las condiciones personales de los alumnos. Esto, dada la situación tradicional de incumplimiento, era el fin de toda actividad física a pesar de que su presencia se contemplara en los Planes de Estudio.

El último intento de organización de la materia antes de la Guerra Civil, fue de la Junta Nacional de Educación. Dicha Junta, creada en 1935, fue un órgano de carácter consultivo que quiso aglutinar a todos los sectores inmersos en el debate sobre la Educación Física: Comité Olímpico Español, Ejército, profesores de Educación Física y profesionales de la medicina (los médicos eran mayoría, en detrimento de otros colectivos). La Junta pretendía organizar una Educación Física en todos los centros escolares basada en un sentido marcadamente liberal y humanístico, alejándose de la anterior educación militarista y de la tendencia social hacia el deporte espectáculo. La idea era clara, el gobierno de la República no quería caer en una política gimnástica de tendencia nacionalista y militarista como la de los regímenes totalitarios europeos de la época. Pero, con el triunfo del Frente Popular en las elecciones generales de 1936, la Junta Nacional fue suprimida. El 17 de julio de ese mismo año se produjo el  levantamiento militar  y comenzó la guerra civil.

Antonio Rivero, doctor en Geografía e Historia y Licenciado en CAFYD

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